top of page

SERES FANTÁSTICOS

Este mundo se llenó de locos. Fue la opinión general de los personajes salidos de los
cuentos en reunión que celebraron recientemente. Los padres no juegan con los niños
mucho menos piensan en leerles cuentos. Los niños se paralizan frente a los televisores
y no escuchan los cuentos porque no creen en ellos. Todos los hombres se creen Peter
Pan y no quieren crecer, todas las mujeres grandes juegan a las muñecas con sus hijos y
con sus maridos. Los niños son adultos y los adultos son niños, los hombres quieren ser
mujeres y las mujeres sueñan como hombres. Todos juegan a los indios y a los vaqueros
pero en serio porque nadie quiere sentir que juega. Al fin y al cabo ninguno es quien
dice o quiere ser, no se entienden nunca y casi todo el tiempo, cuando no se sienten
solos, están de pelea.


Si los magos no estuvieran aquí, pensaríamos que es obra suya.


¡Un momento! – Dijo el gran mago. Así nos cueste admitirlo, no puede ser obra nuestra
una realidad que supera la fantasía. Éramos seres fantásticos que hacíamos pensar en
cosas jamás vistas. Pero ahora, es la realidad de los seres humanos la que nos muestra a
nosotros, los personajes fantásticos, los hechos que causan asombro.


Todos asintieron ante este planteamiento y decidieron buscar soluciones. Acordaron una
reunión de un selecto grupo de ellos, en Italia cuna de un maestro entre tantos llamado
Dante, porque pensaron que este país ofrecía un ambiente propicio para los dos mundos:
realidad y fantasía.


Este grupo debía primero, tratar de entender lo que estaba sucediendo. Después debía
tejer una red que uniera a los seres fantásticos de la tierra, habitantes de todos los países.
El día 3 de junio del año 2002, se llevó a cabo en Roma, la primera reunión.


Presidió, como es justo que lo hiciera, Gepeto el papá de Pinocho, otra gran creación
Italiana. Él fue el encargado de dirigir y coordinar el grupo. Su sabiduría es reconocida
en todo el mundo, así como su capacidad para centrarlos a todos sin desperdiciar el
tiempo. Él sabe cómo sacar provecho de un palillo. Pero no es esta su única habilidad.
La talla que hace en madera es única porque permanece a través de toda la vida, que
diga Pinocho si no es así. Conoce la madera y sabe por dónde trabajarla. Sabe también
por donde puede romperse.... Lo cierto es que siempre con la madera, tiene una gran
paciencia. Puede pasarse horas dedicado a taladrar un pequeño hueco, pero no deja su
trabajo hasta que no lo logra. Tiene el inconveniente de que es un poco temperamental.
A veces malgeniado. Toma muy en serio su trabajo y no permite a Pinocho que se le
escape con ningún circo ni lo deja aislarse. Aunque se meta dentro de una ballena, lo
encuentra y lo obliga a salir de allí. Esto no es para criticarlo, es para que cualquiera que
tenga alma de Pinocho sepa, que no puede escaparse de él.


De Sydney Australia, llegó un poquito tarde, tal vez porque pensó que la reunión era
otro día, el hada bondadosa que premió a Cenicienta cumpliendo su sueño de mandarla
al palacio real, el día en que el príncipe dio su fiesta. No sé si se acuerdan. Como
Cenicienta era muy joven entonces y la madrastra no se hacía cargo de su educación,
ella le concedió permiso para quedarse hasta las 12 de la noche. Viniendo de un país a
donde ha llegado gente tan diversa, de todas partes del mundo, piensa que la
organización y la estructura son las bases de la convivencia. Es así como en el caso de
Cenicienta la obliga a llegar a la casa antes de la media noche. Si cada uno entra a la
casa a cualquier hora, puede reinar la confusión. También fue ella quien convirtió a los
ratones en pajes para que condujeran el carruaje al palacio. Quedarse hasta muy tarde
significaba que también ellos llegaban tarde a la casa y además que se les arrugaba el
uniforme. Ella todavía recuerda la rabia que le dio cuando Cenicienta perdió su
zapatilla. Ahora reconoce que de no ser por eso, en el cuento, el príncipe no hubiera
encontrado a Cenicienta. Aunque como mujer inteligente y práctica que es, sabe que al
príncipe le hubiese bastado un aviso clasificado en el periódico, llamar a la policía o
acudir a un centro transcultural, para encontrar a Cenicienta.


De Francia llegó muy temprano, uno de los duendes que ayuda durante las noches al
zapatero y a su mujer, cuando tienen mucho trabajo. ¿Recuerdan la historia? Esta pareja
de zapateros son muy pobres, ahora muy viejos y tienen mucho trabajo. Pero, uno se
puede preguntar, ¿Cómo pueden ser muy pobres y tener mucho trabajo? Verán: él no
puede decirle a los clientes que tiene otros trabajos por hacer y se compromete a tener
unos zapatos listos, aunque sabe que no tiene tiempo. Esta es la primera razón, la
segunda es que cuando le preguntan si le pueden pagar después, porque no tienen
dinero, él les responde que si, aunque en realidad debería decirles que no. El duende
venido de Francia, le hace los zapatos durante la noche porque a él le sucede lo mismo:
no sabe decir no. De hecho, ha trabajado solo durante varias noches porque su
compañero duende le pide que lo reemplace y él no puede decirle que no. Es un duende
maravilloso, juguetón e inquieto y muy inteligente: aprenderá a decir no, para enseñarle
al zapatero cómo se hace.


De las zonas frías del norte, llegaron dos bellos personajes:


El primero, la mamá gnomo. Pequeñita y simpática, siempre con una suave sonrisa en el
rostro al mismo tiempo marcado por una pregunta que no formula, por una respuesta
que busca, por una afirmación que no hace. Ella, se desplaza flotando y recorre los
caminos del bosque bondadoso. Lleva siglos de bondad en sus espaldas, no conoce la
maldad y señala para todos, en su mundo de ensueño, el dulce camino por donde flota.
Enseña los secretos de las plantas, el cuidado de los animales y de los humanos. Sabe
cuando florecen los jazmines, cuando germina el trigo y se nutre la vida Muchos creen
que los gnomos desaparecieron hace tiempos, incluso de las páginas de los cuentos.
Mirarla a ella significa darse cuenta que por fortuna no están extintos, que quizá son
muy, muy pocos y que el mundo necesita más como ella para equilibrarse un poco. No
sé si ella se de cuenta de esto, porque no lo expresa, pero siendo tan pocos los gnomos,
debe sentirse sola.


El segundo personaje, también femenino y venido del norte, es diferente en muchas
cosas al primero. Tiene una mezcla extraña de fuerza y dulzura. Es muy rubia con
grandes ojos azules muy abiertos siempre para que nada pueda escapar a ellos. A veces
los usa también para hablar. Ella fue la última de las hadas que le ofreció un don a la
Bella durmiente del bosque. Ese día, por pura casualidad, porque le ocurre raras veces,
llegó tarde al bautismo de la niña y por fortuna para todos, el hada mala que la maldijo,
no terminaba aún de vomitar su rabia porque no había sido invitada a la fiesta. Nuestra
hada del norte tiene un gran control con sus manos que le sirven para incluir a quienes
quiere pero también para excluir a aquellos que no le gustan. Es así como cuando su
compañera salió furiosa, los calmó a todos moviendo sus manos para dejar afuera el
desespero que expresaban y como siempre enfrentó la situación con una gran decisión.
Gracias a ella la bella durmiente lo fue sólo durante 100 años, después se convirtió en la
esposa del príncipe. Estuvo con ellos hasta el día de la boda, también en el bautismo de
los hijos. Gracias a su discreta y firme compañía, esta familia nunca tuvo que buscar la
ayuda de ningún terapeuta familiar.


Ya casi para concluir esta historia, de otro libro fantástico apareció danzando la princesa
que domina, una misteriosa mujer. Ella es Sara quien salió de la Biblia después de
recorrer los antiguos caminos del reino de Israel. Danza siempre y su cuerpo vaporoso
cubierto de vaporosa ropa, juega con el espacio que delimitan las estancias. Con su
magia lo llena todo, su contacto tiene el poder de contener, sus ojos de controlar. Tiene
una mirada profunda que lo penetra todo. Tan sólo un día pasó la tristeza como una
ráfaga por aquellos ojos, fue justo el día aquel en que su inteligencia la hizo comprender
que no podía competir con otra igual que ella, pero con la juventud rendida a sus pies y
decidió entregarle a su marido Abraham, por el bien de todo un pueblo.


Sara abre paso con su magia a la gracia. Días después de comenzar la reunión llegó
corriendo para compartir con el grupo, unos días sí y otros días no, Alicia y aquel
conejo compañero suyo en la historia. Ella es una niña que vive en un país maravilloso
que en realidad no lo es. No lo podemos divulgar, pero parece que no es como le dicen a
los niños. El conejo siempre está de afán, corre cantando sin parar: “me voy, me voy, se
me hace tarde hoy”. Un día en el que pudimos retenerlo con nosotros nos contó que ese
es un país muy extraño, aparece y desaparece la cara de un gato que dice cosas y
después niega que las dijo; hablan las cafeteras, espían los árboles y le cuentan todo a
unas cartas de naipe que cuidan a la reina de aquel país. Esta reina le manda a cortar la
cabeza a los culpables. Cualquiera en su reino puede ser culpable de cualquier cosa y lo
importante es, cortarle la cabeza, cuando ella ordena. Un día no muy lejano Alicia
crecerá y el conejo se detendrá para verla.


Hemos terminado esta historia. Sólo me resta contarles que quien escribe es un
fantasmita que no quiere ser visto, sólo quiere tocar a los otros para que lo sientan
porque ni siquiera tiene las mismas palabras que ellos para expresarles lo que siente. Es
por esto que ahora se vale de una máquina con corazón para que traduzca sus palabras.
Que me corrija quien todavía piensa que la vida no es una bella historia que merece ser
contada porque está llena de seres fabulosos que fácilmente se pierden en los caminos
de la fantasía.


Por María Isabel González

bottom of page